Naturalezas muertas nº41 Colección Leonardo

Viciana Editorial
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Naturalezas muertas de la colección Leonardo

Presentamos el cuarto volumen de nuestra Colección dedicado a la naturaleza muerta (los anteriores son los números 24, 25 y 26), un genero pictórico que al principio se llamó así con intento de despectivo, pero que en el curso del siglo XVII, y sobre todo del XVIII, alcanzó altísimos niveles artísticos y fue objeto de predilección por parte de entendidos y coleccionistas. La naturaleza muerta también jugó un papel fundamental el siglo pasado y en el arte contemporáneo, a pesar de que con la progresiva difusión de la libertad creativa fue perdiendo su peculiaridad como pintura de género. Se podría hablar mucho sobre la historia y características de este género pictórico, pero en este volumen queremos detenernos concretamente en la delicada relación que existe entre la copia del natural y la fotografía.

Son muchos, entre pintores y compradores, quienes afirman que hay que evitar recurrir al uso de fotografías por motivos de ética profesional, pues consideran que para lograr resultados apreciables artísticamente y no homologados es indispensable valerse de la copia del natural. Ciertamente, el interés por la naturaleza muerta indica una particular atención por los temas de la vida cotidiana o, en algunos casos, una urgencia documental que parece presuponer de modo exclusivo la copia del natural; y sin duda cualquier motivo tomado del natural inspira sugestiones y crea atmosferas particulares. Con todo, y aun comprendiendo las razones de quienes están a favor de la copia del natural, nuestro propósito aquí es destacar el hecho de que la reproducción fotográfica constituye un soporte útil y válido en la pintura –y concretamente en las naturalezas muertas-, sobre todo para quienes se inician en ella, pero también para el profesional cuyo tiempo siempre es limitado.

La reproducción fotografía ofrece ventajas indiscutibles además de resultados brillantes, como puede observarse en los ejemplos que proponemos en la página 3.

Veamos cuáles son estas ventajas, de carácter especialmente practico. En primer lugar hay que tener en cuenta que el diletante trabaja a menudo en su propia casa, por lo que necesita preparar y “reorganizar” el ambiente de trabajo para aprovechar el espacio. En el caso de la copia del natural de una naturaleza muerta, además del espacio que ocupan el pintor y sus instrumentos de trabajo, hay que destinar también una zona de la habitación a la composición de los elementos a retratar, y si la fuente de luz no es la deseada resulta indispensable añadir una luz artificial. Dado que para realizar un cuadro se requiere mucho tiempo, a veces hasta semanas, el espacio reservado a la composición permanece inevitablemente ocupado. Ello vale también para el profesional, quien aun disponiendo de un estudio, a veces se ve obligado a trabajar en ambientes angostos, llenos de enseres de dibujo, de telas, marcos, caballetes y demás instrumentos propios de esta profesión. Dicho lo cual, es fácil entender por qué el montaje de un plató fotográfico puede resolver muchos problemas de carácter logístico. Además, en el mismo plató se pueden crear infinitas composiciones y probar diferentes encuadres y fuentes de luz, para en una fase sucesiva, con calma y distanciamiento crítico, decidir la composición a reproducir.

Además de hablar del espacio que ocupa el montaje de una naturaleza muerta, también hay que hacerlo del tiempo; elegir los objetos a retratar y disponerlos adecuadamente requiere mucho tiempo, por lo que concentrar esta fase operativa en una sesión de trabajo inicial, para después dedicarse al dibujo a partir de la foto, resulta muy cómodo. Esta ventaja que ofrece la fotografía concierne tanto al principiante, que en general tiene poco tiempo para cultivar sus propias aficiones, como al profesional, que debe ajustarse siempre a los frenéticos ritmos productivos impuestos por el mercado.

Pero la ventaja más significativa de la fotografía, excluías de este medio, quizás consista en poder inmortalizar en el acto una situación improvisada, que resultaría difícil reproducir de otro modo cuando se presenta: una mesa puesta en un mesón de campo, una caldera de cobre sobre el fuego de una chimenea, los enseres de trabajo de un campesino, unos peces recién sacados de las redes, etc. si bien es verdad que captar una imagen depende de la sensibilidad del pintor, es igualmente innegable que la maquina fotografía es un instrumento de trabajo muy útil por su precisión y velocidad de uso.

Desde un punto de vista técnico, dibujar a partir de una foto ayuda al pintor inexperto; de hecho, la principal diferencia entre dibujar de una foto y la copia del natural consiste en que ésta ultima requiere una elaboración mental y visual para pasar de la tridimensionalidad del natural a la bidimensionalidad  de la hora o tela, mientras que la fotografía, al ser ella misma una reproducción bidimensional, resuelve por sí sola las problemáticas relacionadas con la representación del espacio.

A quienes todavía no son muy expertos, les recordaremos que, gracias a la fotografía, pueden reproducir el dibujo ampliado usando el pantógrafo; pero es preferible otra técnica, mas baldía desde el punto de vista didáctico: la de cuadricular la superficie de la imagen fotográfica en papel de calcar. Cuanto más pequeña sea la cuadricula, mas referencias se tendrán a disposición y mas meticulosa y precisa podrá ser la reproducción sobre papel; y repitiendo a escala la misma cuadricula se puede concentrar la atención e cada recuadro, respetando las formas y proporciones del modelo.

Para concluir nuestro discurso sobre el uso de la fotografía combinada con la copia del natural, queremos disipar la sospecha de que la reproducción de la realidad propia de la fotografía pueda inspirar una pintura fría e impersonal. Como prueba de ello no hacen falta explicaciones teóricas, solo hay que recurrir al propio espirita crítico. Es la sensibilidad del autor y el tipo de técnica usado lo que influye de manera decisiva en el resultado final, por lo que de una misma foto, al igual que de un mismo objeto copiado del natural, puede resultar una amplia gama de productos artística, cada uno con su carácter peculiar. Un autor puede simplificar y sintetizar las formas con una técnica desenvuelta y persona; otro puede dedicarse meticulosamente a los detalles, buscando en un realismo acentuado la verdadera naturaleza de los objetos representados, y otro apuntar sobre el resultado cromático. Múltiples factores (sensibilidad, preparación cultura, capacidades expresivas, objetivos y propósitos, etc.) concurres consciente o inconscientemente  a condicionar el resultado final

Una vez examinados brevemente los aspectos positivos del uso de la fotografía, sin por otra parte olvidarnos de recordar que una completa madurez artística se alcanza practicando la copia del natural – bajo ciertos aspectos insubstituible-, pasamos a examinar los cuadros de este volumen.

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MarcaViciana Editorial
Atributo_CintaNo Ribbon
MateriaBodegón
IdiomaEspañol
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