Retratos nº32 Colección Leonardo

En este volumen, que es el segundo de nuestra colección dedicado al retrato, destaca la importancia de un elemento que, a pesar de ser subestimado a menudo por quien se acerca al dibujo y a la pintura, juega un papel determinante en el arte figurativo: la luz. Que la luz es un factor fundamental resulta evidente, pues sobre todo hace visibles los objetos que queremos representar. Y no sólo  de la presencia de la luz depende la realización de cualquier representación, sino también el resultado general de la obra, dado que su intensidad y uso nos permite modelar formas, volúmenes y colores. Así pues, es útil poseer algunas informaciones científicas sobre este fenómeno que, bajo mucho aspectos, aún desconocemos.

Se sabe que la luz es una forma de energía radiante fruto de modificaciones que se producen en la estructura atómica de la materia; que parte de una fuente desde la cual se propaga en línea recta con movimiento ondulatorio y puede ser desviada por obra de un campo gravitatorio. Sus características son la longitud de onda y a la frecuencia, cuyo producto da la velocidad de propagación, correspondiente a unos trescientos mil kilómetros por segundo en el vacío.

Para quien esté interesado en el arte figurativo, es útil saber también que la intensidad o luminosidad de la luz disminuye a medida que aumenta la distancia entre el objeto representado y la fuente luminosa.

Así pues, la luz puede variar según la intensidad, la dirección, la fuente luminosa y según otros muchos factores, influyendo de diferentes modos sobre nuestra percepción de la realidad.

Hablando de retratos, nos queremos centrar únicamente en los efectos de la luz en relación con formas y volúmenes, sin analizar los efectos sobre los colores, para evitar tocar argumentos demasiado complicados. Nos damos cuenta de los efectos de la luz sobre formas y volúmenes cuando, después de haber observado un bonito retrato en una fotografía en blanco y negro, nos quedamos decepcionados al ver directamente a la persona retratada: ante tal constatación. Nos damos cuenta de los efectos de la luz sobre formas y volúmenes cuando, después de haber observado un bonito retrato en una fotografía en blanco y negro, nos quedamos decepcionados al ver directamente a la persona retratada: ante tal constatación, nos damos cuenta de que la habilidad del fotógrafo al aprovechar la luz ha condicionado nuestra opinión del personaje en cuestión.