Retratos nº31 Colección Leonardo

Viciana Editorial
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9788881721306
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Retratos de colección Leonardo.

Hacer un retrato significa representar el rostro de una persona determinada fijando claramente sus características individuales, es decir, aquellos rasgos particulares que lo distinguen de todos los demás rostros. Si bien es verdad que todos estamos hechos de una misma manera, también es cierto que encontrar dos personas exactamente iguales es imposible; esto es lo que nos permite reconocer, cuando un trabajo se ha hecho correctamente, a la persona representado en un retrato.

El retrato, aunque esté simplemente dibujando, exige siempre una dedicación considerable, mayor que la requerida por el paisaje o la naturaleza muerta. El conocimiento cabal de todo lo relacionado con la forma y la estructura de la cabeza humana es de gran ayuda para un desarrollo correcto del trabajo. Esto lo señalamos especialmente al  principiante, a quien invitamos a consultar los cuadernos “Las bases del dibujo” nº2 y nº3, en los cuáles se dan esquemas especialmente estudiados para facilitar el aprendizaje y la práctica de esta materia. Para quien desee profundizar el tema, también es muy útil el cuaderno nº4 dedicado a la anatomía.  Sin embargo, no hay que olvidar que la estructura plástica de un rostro siempre está determinada, además de por la estructura ósea y por la particularidad de los rasgos, por el carácter, que a su vez está condicionado por el estado de humor predominante, por las actitudes habituales y por las circunstancias anímicas. El carácter es tan importante que incluso un rostro que no responda a los cánones clásicos puede parecer, gracias a su armonía interior, simpático y hasta hermoso.

Como sucede con los demás géneros tomados como  temas de un dibujo o de un cuadro, en la práctica existen dos modos de realizar un retrato. El primero consiste en empezar bosquejando un esquema a grande líneas, definiendo solamente las proporciones del conjunto; en este esquema se definen la posición y el tamaño de los ojos, de la nariz y de la boca; se precisa la forma del rostro y de la cabeza, y se procede luego a dibujar gradualmente los detalles de cada rasgo. Una vez hecho esto, se marca con algunas líneas ligeras la división entre luz y sombre, borrando todo lo que quite nitidez al dibujo, para dedicarse después tranquilamente al claroscuro o al color. Este tipo de realización gradual es la más tradicional, y es también la más indicada para ejercitar la mano y el ojo en la orientación correcta. El otro modo de realizar un retrato es el de calcular a ojo los limites de espacio y la posición que ha que dar al rostro, definiendo rápidamente el dibujo con pocos trazos seguros, normalmente de arriba abajo, y llegando a resultados instintivos. En un método que sólo puede usar quien tenga un talento innato, fuera de lo común, o una habilidad adquirida mediante una larga práctica.

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MarcaViciana Editorial
Atributo_CintaNo Ribbon
MateriaAnatomía
IdiomaEspañol
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